Quién hablará de nosotros cuando hayamos muerto, si no es que dejamos huellas y voces sobre lo que de verdad importa. José Memun ofrece una visió del amor, el dolor y la esperanza… desde el funeral de su personaje en La Mujer de mi entierro.
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El libro nuestro de cada martes: La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexievich. Ed. Debate
Alexiévich propone una nueva lectura de un tema ya tratado de miles de maneras; la guerra vista a través de la mirada de las mujeres que la hicieron; más allá de héroes y monumentos, la experiencia de haber sido silenciadas por décadas, su lucha y su esperanza. Un libro que más que constituir un memorial es un canto a la vida y la esperanza, a la solidaridad y la presencia de la mujer en el mundo. Duro y eficaz, un texto que no puede ser omitido.
Algo más sobre el libro: https://elpais.com/cultura/2015/12/07/babelia/1449488135_696945.html
El libro nuestro de cada martes: La fiebre del heno de Stanislaw Lem, Ed. Impedimenta
Tengo que volver a Stanislaw Lem de cuando en cuando, pocos libros se encuentran tan bien escritos. Su magia radica tanto en la imaginación como en su capacidad para encajar datos, la perfección de su trama en la que todo concuerda, en su infinita fuerza para hacernos dudar de lo que nos rodea, del mundo que pisamos y que siempre hemos creído que se trataba de tierra firme cuando él demuestra que no es más que nuestra interpretación. En La fiebre del heno, esta duda se lleva al extremo, los datos se tuercen, juegan con el lector, el punto de vista se mueve para demostrarnos que ni la tecnología, ni los más avanzados sistemas informáticos pueden superar al razonamiento y al sentido común que aparecen como refugio del ser humano frente a una realidad inexplicable. En la bellísima edición de Impedimenta, es un libro que no se puede perder.
Algo más sobre el libro: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20180401/sanislaw-lem-la-fiebre-del-heno-6726696
Presentación del libro: Tres cruces de Alejandro Paniagua Anguiano. Jueves 18 de marzo, 17:00 FBLive Textofilia
Acompáñenos a la presentación del libro Tres Cruces de Alejandro Paniagua Anguiano, editado por textofilia, una relectura de la violencia, el amor y el narcotráfico en nuestros tiempos. Un corte de caja emocional y sentimental de una generación
Venga con nosotros a un encuentro generacional para encontrar sentido a veinte años de violencia y muerte, una visión nueva, más allá de los clichés de la narco novela.
FBLive de Editorial Textofilia. Nos vemos a las 17:00 del Jueves 18 de marzo, a través de esta liga:
Las citas de los viernes: Alfonso Reyes y la Oración del 9 de febrero
La Oración del 9 de febrero es un libro único en la obra de Alfonso Reyes, una confesión histórica y un bálsamo espiritual a la muerte de su padre; para abrir el fin de semana, esta pequeña muestra de una obra memorable:
Pero ya me canso de rogar, aun a mis mejores amigos —no que se tomen el trabajo de leer mis ciento y pico de libros publicados hasta hoy, que sería mucho pedir—, sino que pasen los ojos por la lista de mis obras, antes de lanzar generalizaciones sobre mi carrera de escritor.
En la última inundación, el río se llevó la mitad de nuestra huerta y las caballerizas del fondo- Después se deshizo la casa y se dispersó la familia. Después vino la revolución. Después, nos lo mataron..
La venganza se resolvía en besos y caricias
Bien es cierto que esos pocos días me compensaban de largas ausencias porque era la suya una de esas naturalezas cuya vecindad lo penetra y lo invade y lo sacia todo. Junto a él no se deseaba más que estar a su lado. Lejos de él, casi bastaba recordar para sentir el calor de su presencia.
Siempre el evocarlo había sido para mí un alivio. A la hora de las mayores desesperaciones, en lo más combatido y arduo de las primeras pasiones, que me han tocado, mi instinto acudía de tiempo en tiempo al recuerdo de mi padre, y aquel recuerdo tenía la virtud de vivificarme y consolarme. Después —desde que mi padre murió—, me he dado cuenta cabal de esta economía inconsciente de mi alma. En vida de mi padre no sé si llegué a percatarme nunca…
Yo nunca vi llorar a mi padre. Privaba en su tiempo el dogma de que los varones no lloran. Su llanto me hubiera aniquilado. Acaso escondiera alguna lágrima. ¡Sufrió tanto! Mi hermana María me dice que ella, siendo muy niña, sí lo vio llorar alguna vez, a la lectura de ciertos pasajes históricos sobre la guerra con los Estados Unidos y la llegada de las tropas del Norte hasta nuestro Palacio Nacional.
Como él sólo dejaba ver aquella alegría torrencial, aquella vitalidad gozosa de héroe que juega con las tormentas; como nunca lo sorprendí postrado; como era del buen pedernal que no suelta astillas sino destellos, me figuro que debo a él cuanto hay en mí de Juan-que-ríe. A mi madre, en cambio, creo que le debo el Juan-que-llora y cierta delectación morosa en la tristeza.
Yo bien hubiera querido — y mi ternura se atrevió a sugerírselo— verlo consagrado a escribir sus memorias cuando regresó de Europa, en vez de verlo intervenir a destiempo en los últimos acontecimientos que lo condujeron a un fin trágico. Pero era difícil que prevaleciera el deseo de un muchacho sin experiencia (para colmo, “picado de la araña” y que vivía siempre en las nubes) sobre las incitaciones de otras personas mayores, que después se han arrepentido al punto de negar su responsabilidad en aquella funesta ocasión, y sobre el peso de tantos deberes y tantos intereses nacionales coligados por la fatalidad. Mi brújula no se equivocaba, y tengo derecho a lamentarlo.
De repente sobrevino la tremenda sacudida nerviosa, tanto mayor cuanto que la muerte de mi padre, fue un accidente, un choque contra un obstáculo físico, una violenta intromisión de la metralla en la vida y no el término previsible y paulatinamente aceptado de un acabamiento biológico. Esto dio a su muerte no sé qué aire de grosería cosmogónica, de afrenta material contra las intenciones de la creación. Mi natural dolor se hizo todavía más horrible por haber sobre- venido aquella muerte en medio de circunstancias singular- mente patéticas y sangrientas, que no sólo interesaban a una familia, sino a todo un pueblo. Su muerte era la culminación del cuadro de horror que ofrecía entonces toda la ciudad.
Por las heridas de su cuerpo, parece que empezó a desangrarse para muchos años, toda la patria…
Lloro por la injusticia con que se anuló a sí propia aquella noble vida; sufro porque presiento al considerar la historia de mi padre, una oscura equivocación en la relojería moral de nuestro mundo; me desespera, ante el hecho consumado que es toda tumba, el pensar que el saldo generoso de una existencia rica y plena no basta a compensar y a llenar el vacío de un solo segundo. Mis lágrimas son para la torre de hombre que se vino abajo; para la preciosa arquitectura —lograda con la acumulación y el labrado de materiales exquisitos, a lo largo de muchos siglos de herencia severa y escrupulosa— que una sola sacudida del azar pudo deshacer; para el vino de siete cónsules que tanto tiempo concentró sus azúcares y sus espíritus, y que una mano aventurera llegó de repente a volcar.
Después me fui rehaciendo como pude, como se rehacen para andar y correr esos pobres perros de la calle a los que un vehículo destroza una pata; como aprenden a trinchar con una sola mano los mancos; como aprenden los monjes a vivir sin el mundo, a comer sin sal los enfermos
Cuando salí de mi casa
con mi bastón y mi hato,
le dije a mi corazón:
—Ya llevas sol para rato!—
Es tesoro —y no se acaba:
no se me acaba —y lo gasto.
Traigo tanto sol adentro
Que ya tanto sol me cansa.—
Yo no conocí en mi infancia
sombra, sino resolana.
Desde -entonces mi noche tiene voces,
huésped mi soledad, gusto mi llanto.
Y si seguí viviendo desde entonces
es porque en mí te llevo, en mí te salvo,
y me hago adelantar como a empellones,
en el afán de poseerte tanto.
Aprendí a preguntarle y a recibir sus respuestas. A consultarle todo. Poco a poco, tímidamente, lo enseñé a aceptar mis objeciones —aquellas que nunca han salido de mis labios pero que algunos de mis amigos han descubierto por el conocimiento que tienen de mí mismo. Entre mi padre y yo, ciertas diferencias nunca formuladas, pero adivinadas por ambos como una temerosa y tierna inquietud, fueron derivando hacia el acuerdo más liso y llano. El proceso duró varios años, y me acompañó por viajes y climas extranjeros. Al fin llegamos los dos a una compenetración suficiente. Yo no me arriesgo a creer que esta compenetración sea ya perfecta porque sé que tanto gozo me mataría, y presiento que de esta comunión absoluta sólo he de alcanzar el sabor a la hora de mi muerte.
El miércoles del presente: El Proceso de Kafka, para libre descarga
Una estación e el viaje a los infiernos creativos; descargue libremente El Proceso de Franz Kafka, una forma en que la creatividad liberó a su autor de la opresión de su tiempo y sus fantasmas. Que ustedes lo disfruten.
La lista tonta de los jueves. Derechos humanos
Hoy conmemoramos el día mundial de los derechos humanos. Jornada de lucha y reflexión, con la esperanza de que algún día sea un momento de celebración para todos. La lista tonta ofrece veinte novelas sobre derechos humanos . Ya se sabe, lo primero que se nota en una lista es lo que le falta.
Antes de que anochezca. Reinaldo Arenas. https://www.planetadelibros.com.mx/libro-antes-que-anochezca/146457
Ciudad de barro. Deborah Ellis. http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/entrevista/deborah-ellis/181/
Las alas del sol. Jordi Sierra i Fabra. https://librotea.elpais.com/libros/las-alas-del-sol/
La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile. Gabriel García Márquez. https://www.animalpolitico.com/lo-que-quiso-decir/las-aventuras-de-miguel-littin-clandestino-en-chile/
La broma. Milan Kundera. https://www.zendalibros.com/la-broma-milan-kundera/
La cueva del sol. Elias Khoury. https://elpais.com/diario/2009/08/01/babelia/1249083557_850215.html
Primavera con una esquina rota. Mario Benedetti. https://bibliotecamiguelcatalan.wordpress.com/club-de-lectura-leer-juntos/club-de-lectura-2013-4/primavera-con-una-esquina-rota-de-mario-benedetti/
Pedro y el capitán. Mario Benedetti. https://www.actualidadliteratura.com/pedro-y-el-capitan-uno-de-los-mejores-libros-que-jamas-se-ha-escrito/
Fahrenheit 451. Ray Bradbury. https://www.planetadelibros.com/libro-fahrenheit-451/298205
África en el corazón. M. Del Carmen de la Bandera. https://www.bambuamerica.com/libro/frica-en-el-corazn_80070417/
Un libro levemente odioso. Roque Dalton. https://www.oceansur.com/catalogo/titulos/un-libro-levemente-odioso
Jim en el espejo. Inger Edelfeldt. https://www.uv.es/capelo/Jim_en_el_espejo.html
El señor de las moscas. William Golding. http://mascultura.mx/el-senior-de-las-moscas-libro-william-golding/
Lobo negro, un skin. M. Hagerman. https://literaturamasuno.blogspot.com/2018/11/lobo-negro-un-skin-marie-hagemann.html
El pájaro amarillo. Myron Levoy. http://atrapado.tripod.com/diferentes.html
El Evangelio de Lucas Gavilán. Vicente Leñero. https://www.planetadelibros.com.mx/libro-el-evangelio-de-lucas-gavilan/155446
El beso de la mujer araña. Manuel Puig. http://www.laizquierdadiario.com/El-beso-de-la-mujer-arana-literatura-sexo-y-revolucion-en-Puig
Sin novedad en el frente. Erich María Remarque. https://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/sin-novedad-en-el-frente-la-vida-del-soldado-en-la-primera-guerra-mundial
Tambores de cristal. M. Carme Roca. https://www.larepublicadelasletras.es/es/libros/tambores-de-cristal_0780890060
Retorno a la libertad. Carlos Villanes. http://cuentatelavida.blogspot.com/2010/09/retorno-la-libertad-de-carlos-villanes.html
Homenaje a los indios americanos. Ernesto Cardenal. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=52025
La lista tonta de los jueves: ¡Vampiros!
Todos nos hemos dejado seducir por la imagen del vampiro; peculiar personaje que solo actúa si se le invita a pasar, que nos muestra el lado más obscuro de nuestra conciencia y los más recónditos deseos. Para darnos una vuelta por el mundo del terror, comencemos por visitar a Drácula y su descendencia. Ya se sabe, lo primero que se nota en una lista es aquello que le falta…
01
El Vampiro. Nick Groom
El Vampiro. Nick Groom, https://reasilvia.com/2020/08/el-vampiro-nick-groom/
02
Drácula. Bram Stoker.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/bram-stoker-padre-dracula_15240
04
El vampiro de Ropraz, Jacques Chessex.
https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/el-vampiro-de-ropraz/9788433974877/PN_706
05
El tapiz del vampiro, Suzy McKee Charnas.
https://librotea.elpais.com/libros/el-tapiz-del-vampiro-sjehhmo8dg/
07
Déjame entrar, John Ajvide Lindqvist.
https://www.resibooks.com/2017/05/resena-dejame-entrar-john-ajvide.html
08
Muerto hasta el anochecer, Charlaine Harris.
https://elbuscalibros.com/muerto-hasta-el-anochecer-de-charlaine-harris-d2e506bd560c?gi=89ec3bf2f26
09
Drácula el no muerto, Dacre Stoker.
https://www.rocalibros.com/roca-bolsillo/catalogo/Dacre+Stoker+y+Ian+Holt/Dracula+el+No+Muerto
10
Tratado sobre los Vampiros, Augustin Calmet.
https://elplacerdelalectura.com/2009/05/tratado-sobre-los-vampiros-augustin-calmet.html
11
Nocturna (Trilogía de la Oscuridad), Chuck Hogan y Guillermo del Toro.
12
Sanguinarius 13 historias de vampiros, Antonio José Navarro.
https://www.librosdemario.com/sanguinarius-13-historias-de-vampiros-leer-online-gratis
13
Soy Leyenda, Richard Matheson.
14
Carmilla, Joseph Sheridan Le Fanu.
http://cuevadeterciopelo.blogspot.com/2018/10/resena-carmilla-j-sheridan-le-fanu.html
16
El Alma del Vampiro. Poppy Z Brite.
http://tintaconhistoria.blogspot.com/2015/11/el-alma-del-vampiro-poppy-z-brite.html
17
El Castillo de los Cárpatos. Julio Verne.
https://www.alianzaeditorial.es/libro/13-20/el-castillo-de-los-carpatos-jules-verne-9788491817710/
18
El Vampiro. Alexéi Konstantinovich Tolstoi.
https://www.editorialrenacimiento.com/catalogo/1825-vampiros.html
20
La Sanguijuela de mi niña. Christopher Moore.
Miércoles del presente: Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe para libre descarga
Edgar Allan Poe, el escritor fundacional de la literatura de terror como hoy la conocemos es uno de los puntos de contradicción más grandes de la historia cultural de occidente; su vida atormentada, su alcoholismo, su tendencia a la autodestrucción frente al tamaño ingente de su obra nos llevan a la pregunta eterna del debate entre la vida del autor y la magnitud de su obra; si acaso la creación de su poesía y su narrativa se justifican por la destrucción de su propia vida, si sus fantasmas íntimos, colocados a buril en sus letras valieron el encuentro con los horrores de las adicciones. La muestra está ahí, el Titán frente a su trabajo. Adéntrese en la muestra del terror en estado puro. Para libre descarga sus Narraciones extraordinarias. Que ustedes lo disfruten:
El vals del minuto: La memoria de nuestros pueblos
Una brevísima visita a Valle de Santiago me hace revalorizar nuestra memoria frente a la pandemia y el recuerdo de nuestros antepasados. Un cine es el pretexto para la creación y el recuerdo.